La instalación presenta un conjunto de rocas de mármol, travertino y alabastro, que a medida que se recorren, van revelando patrones geométricos según el punto de vista. Las formas talladas surgen de la percepción de las alucinaciones visuales conocidas como fosfenos, perceptibles mediante luz parpadeante o durante sueño hipnagógico, entre otros mecanismos. Este imaginario visual, que es inherente al sistema nervioso del ser humano, podría explicar la concordancia de símbolos y patrones geométricos en distintas culturas aisladas entre ellas. La evanescencia con que se manifiestan, usualmente a ojos cerrados, busca ser sublimada en la piedra, remitiendo a los ornamentos de la arquitectura de culturas antiguas en que pueden identificarse este mismo tipo de formas.